genoma

GENÉTICA Y AMBIENTE EN EL TDAH (1): DEFINICIÓN

Dr. Joaquín Díaz Atienza

Atualizado en Febrero de 2025

Me gustaría que me indicarais algún estudio que demuestre que «existe una mayor prevalencia de este trastorno en los medios urbanos desfavorecidos. Los factores son varios: ambientes de pobreza malnutrición y exclusión social, problemas familiares y violencia en el hogar contribuyen a su desarrollo y perpetuación. Del mismo modo, un medio escolar desorganizado o muy desestructurado provoca un deterioro de la conducta del niño y un mayor fracaso escolar.» como decís en vuestra web, o saber si sólo es un comentario clasista y facha, por no decir algo peor. Yo no he encontrado ninguno que diga que los pobres tengan mas TDAH”

En este primer post sólo pretendemos definir algunos conceptos necesarios para comprender el conjunto de lo que expondremos en el siguiente post.

INTRODUCCIÓN

«Existen dos trastornos en neuropsiquiatria infanto-juvenil de los que no se duda que obedecen a una alteración genética: la dislexia y el TDAH. De otra parte, sabemos que la heredabilidad estimada para la dislexia es del 58 % y para el TDAH del 76%». Sin embargo, las últimas investigaciones se muestran menos contundentes y hablan de un papel modulador de la genética más que etiopatogénico (vesae bibliografia al final) Por tanto, la constatación de que no sea del 100% nos induce a pensar que la influencia ambiental está presente.

Otro aspecto, prácticamente incontrovertible, es que la dislexia se ha manifestado más heredable en ambientes favorables, en tanto que el TDAH los sería en ambiente desfavorables.

Para comprender la interacción genética x ambiente (en adelante, interacción GxA), y siguiendo con los dos ejemplos anteriores, se dice que tanto la dislexia como el TDAH se manifiestan fenotípicamente siguiendo un continuum: en un extremo estarían los clínicamente los más afectados, y en el otro los no afectados. Tanto el uno como el otro serían igualmente heredables.

  • ¿Qué se entiende por interacción GxA?.

Rutter la define como el hecho de que el medio pueda modificar la expresión genética, sea facilitando o debilitando el efecto de los genes en el fenotipo. Hoy se admite que la “carga genética” incluye el componente molecular, aunque aún hay investigadores que diferencian entre correlación genética x ambiente e interacción gen x ambiente. Esta diferenciación puede ser importante, ya que la heredabilidad puede ser diferente en los distintos ambientes debido a que los factores de riesgo y de protección difieren entre ellos.

Si la vulnerabilidad ambiental es restringida, la heredabilidad aumenta, pero también si la variabilidad genética es restringida, aumenta la influencia ambiental. Esto da lugar a que hablemos de la proporción de la varianza explicada por el ambiente, o por los genes, en la expresión de una determinada enfermedad. Es fácil entender que si una de las varianzas aumenta, la otra disminuye.

El estudio de la interacción G x A es difícil de estudiar en humanos debido a una cuestión metodológica: no podemos asignar a los sujetos, ni a los ambientes de forma aleatoria, de aquí que algunos de nuestros conocimientos esté basados en modelos con animales. De todas formas, sabemos que el papel que desempeña el ambiente en la expresión fenotípica es moderado.

Otro aspecto que se deriva del hecho de que no podamos realizar una asignación aleatoria es la dificultad de determinar que se debe a la interacción G x A y qué a la correlación G – A. El concepto de interacción hace referencia al hecho de que parte de la exposición ambiental forma parte de lo determinado genéticamente.

Decimos que existe una interacción G – A positiva cuando tanto G como A causan una desviación en la misma dirección de la media (estadística) y, por tanto, favoreciendo una confusión entre los efectos propios de A y los de G. Pongamos un ejemplo: sabemos que el TDAH presenta un origen genético moderado y que el hecho de que la madre sea fumadora durante el embarazo aumenta el número de síntomas de TDAH. Por tanto, no detectar estar interacción puede dar lugar a valoraciones erróneas del peso genético. Es bastante difícil determinar como operan ambos mecanismos durante el desarrollo. En genética cuantitativa la correlación G – A y la interacción G x A ofrecen distintos datos acerca de la varianza fenotípica. De otra parte, es fácil comprender que la interacción G x A se presente indistintamente de que exista, o no , correlación G – A. De otra parte, la expresión fenotípica (expresión clínica) depende del medio y viceversa. En otras palabras, la interacción G x A aumenta la varianza fenotípica más allá de lo atribuible a los efectos aislados de G y A.

  • Diferentes tipos de la correlación G – A.

Se han descrito tres mecanismos a través de los cuales el medio puede ser sensible a los factores genéticos: mecanismo pasivo, mecanismo inducido y mecanismo activo.

  • Correlación G – A pasiva. Hace referencia al hecho de que los padres pueden proporcionar un ambiente familiar que, en parte, puede estar determinado por sus propios rasgos genéticos. A modo de ejemplo, si un niño con un trastorno de la lecto-escritura (dislexia) y que, probablemente, ha heredado la disposición genética de uno de los padres, puede dar lugar a que el padre afectado motive poco a su hijo a la lectura como consecuencia de su propio trastorno, lo que contribuiría a que el niño mantenga su desinterés por la lectura con las previsibles consecuencias negativas.

  • Correlación G – A inducida. Consiste en el hecho de que algunos individuos “provocan” determinadas respuestas en los demás en base a su dotación genética. Por seguir el mismo ejemplo, el niño disléxico puede oponerse activamente a la lectura provocando en sus padres y profesores la propuesta de actividades alternativas como respuesta a la falta de interés del niño afectado..

  • Correlación G – A activa. Se da cuando los individuos buscan activamente ambientes motivantes en base a sus habilidades. Así, el niño disléxico evitará la lectura buscando, en cambio, actividades alternativas que les resulten más apetecibles de forma que se va generando un ambiente cada vez más pobre en actividades que impliquen el tener que confrontarse con sus déficit, a pesar de que exista en la familia un ambiente normal en este aspecto.

Pero también pueden existir correlaciones G – A negativas, por ejemplo, cuando la dificultad del niño origina una mayor intervención psicoeducativa, lo que contribuye a la disminución de la varianza fenotípica, aunque nunca alcanzará la competencia lectora que aquellos niños sin disposición genética. De aquí que, si bien en a la interacción G x A sólo da lugar a un aumento de la varianza fenotípica, la correlación G – A puede aumentarla o disminuirla dependiendo del ambiente.

Concluimos este primer post haciendo especial énfasis en el hecho de que la expresión fenotípica de un genotipo determinado está mediatizado por el ambiente. De otra parte, para poder determinar el efecto principal de esta correlación es necesario dilucidar las posibles interacciones entre genética y ambiente, ya que pueden sesgar los “pesos” asignados a cada variable en la expresión fenotípica.

EN EL PRÓXIMO POST ESCRIBIREMOS ACERCA DE LOS DIFERENTES TIPOS DE INTERACIÓN G X A.

About admin7976

Licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Neurociencias por la U. de Granada Psiquiatra por la U. Pierre et Marie Curie - Paris; Psiquiatra Infanto-juvenil por la U. Pierre et Marie Curie - Paris; Master en Bioética; Master en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva; Diplomado en Metodología de Investigación y Epidemiología (EASP- U. de Granada)

Check Also

Vigoskky

DESARROLLO DE LA CAPACIDAD ATENCIONAL EN LA INFANCIA: INTERACCIÓN LENGUAJE /ATENCIÓN (2/2)

Joaquín Díaz Atienza En el primer post pretendí poner en evidencia la importancia de los …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Acepto la Política de privacidad